No, no es que la Cervera sea cinco veces mejor que el Dorneda. De hecho fueron los locales los que salieron enchufados al partido, adaptándose mejor al viento y generando faltas a favor, que en ese campo, son todas “en las inmediaciones del área”.
Pero como no hay mal que por bien no venga, y en el caso de la Cervera más, la anunciada lesión de Suso, motivó un cambio que varió el rumbo del partido. El empecinamiento del Capi (su mejor jugada del partido) en que entrase el chico de las luces largas y depósito lleno, a pesar de las múltiples variantes que ofrecía una descorcentante profundidad de banquillo en un partido a las 10:15 a.m., dió sus frutos, y Aarón ocupó su puesto favorito (aunque él lo siga negando), y cortó, templó, y mandó. Y vaya si mandó. Le mandó un pase tipo Aranzubía (seco, tenso) a las espaldas de la defensa contraria, que hizo que el hijo del viento se plantase sólo al borde del área, y le pegó duro, como siempre, y el balón fue al palo, como casi siempre (las otras se va fuera). Pero tantas plegarias, exorcismos mininos con cagada en el área (jugón, llévame a casa), e incluso charlas confesionales por parte de Pazos, no podían caer en vano. Así que, él mismo recogió el rechace y la enchufó en una imagen que, entre el levantamiento de pierna y lo suave que entró, están pensando en incluirla en la próxima entrega de Matrix.
Bueno, ¿Y ahora, qué?, era el pensamiento de los naranjas, cuando Iñaki se acomodó un balón botando, y desde 35,756 metros (palmo más, palmo menos), se la quitó de encima de tal forma, que se coló ajustada al palo, por debajo de la tardía estirada del portero.
“Que piten el final!” “Pero si todavía es el primer tiempo” “Bueno, pues el descanso!”, reclamaba el banquillo visitante, mientras el centro del campo dejó de mirar al cielo para buscar balones y constatar que, no, no parece que vaya a llover. Así que el balón bajó al suelo y se empezó a jugar un poquito. Y que mejor manera de hacerlo que aprovechando un centro desde la izqda. para que Javi se convenciese de que las fáciles no es pecado meterlas.
2ª Parte. 0-3. Y aquí se debería acabar la historia. Pero somos la Cervera. Y si le sumamos que el Dorneda nunca bajó los brazos (clasificación obliga), pues eso, tensión, mucha tensión. Los locales se fueron arriba con todo para confirmar que no era su día, y eso lo aprovechó el hijo del viento para marcar uno de los que le gustan, algo escorado, que de frente se le hace la portería más pequeña.
Y me guardé lo mejor para el final, cómo en la mesa. Arrancada de Marito desde el centro del campo (ay, si tú quisieras/pudieras) para plantarse en el área ante dos defensas, y pa’quí, pa’lla, y la grada a punto de gritar: “Turu, tira la bomba”, cuando provoca el crujido de las cervicales del portero en una perfecta vaselina (no agüanis, ni mariconadas de esas) para conseguir el gol de la noche, perdón de la mañana.
Y eso es to, eso es to, eso es todo amigos! Lo peor: 3 tarjetas técnicas (a Pazos se le escapa un trofeo), los maullidos del minino por el cruel abandono de Chisco, y la ausencia de Chino en el tercer tiempo.
P.D.: Ike, el día que no vengas, mejor te lo grabo en vídeo, que me duelen los dedos de tanto escribir.
JAJAJA!pero dedícate a estooooo!!!
ResponderEliminary Chisco parecía mas bien San Francisco (de Asis), porque el gato era digno de la serie The Walking dead!Hay que echarle huevos para tocar eso!beuuurrk!
Como podemos observar, algo de envidia le tiene Angel a Suso, como no creo que sea por el futbol .......
ResponderEliminar¡¡¡IM-PRESIONANTE!!! Queremos columna semanal, en las duras y en las maduras.
ResponderEliminarPobre gatito. Estaba bien, era su color de piel. El único problema es que había perdido el rabo. Si hasta nos dio suerte.
Gelo, ¡tú si que vales!
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