Ni psicología, ni doping, ni nada. Al final la Cervera tuvo que acudir a un brujo. Así que, con la mejor aguardiente de Antas de Ulla, el pote del mejor barro, del mejor alfarero de Buño, y el mejor y más sabio conjuro del mejor y más famoso brujo entre los brujos, invocamos a los espíritos e meigas para acabar con el meigallo que padece la Cervera y empezar, ya por fin, la remontada.
Hay tenéis las imágenes...
Lumeeee!!!
ResponderEliminarVa a ser eso, hay que doparse con aguardiente
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